Steampunk es muchas cosas: comenzó en los años 80 como un subgénero literario de la ciencia-ficción, que presentaba un siglo XIX alternativo en el que la tecnología de vapor (steam, en inglés) progresa enormemente y da lugar a toda clase de inventos, vehículos y artefactos. En nuestros días, el Steampunk se ha convertido en un movimiento cultural muy amplio, que se sigue sustentando en la literatura pero se ha instalado también en el cine, la música, la artesanía y la moda.
La Biblia Steampunk (Edge, 2013) es un compendio de todo ello: «un libro profusamente ilustrado que examina las raíces y la historia de esta subcultura, desde la obra de sus padrinos Julio Verne y H.G. Wells, a la amplia comunidad de artesanos y artistas que la han transformado en un estilo de vida mediante ropa, accesorios, y un trasfondo al que ajustarse». Escrita por el novelista norteamericano Jeff Vandermeer y traducida por el librero al mando de Tusitala, La Biblia Steampunk es sobre todo una enciclopedia visual, un libro de consulta lleno de curiosidades para iniciarse en «un mundo de dirigibles imaginarios, corsés y anteojos, científicos locos y literatura extraña».
Lo que no podíamos imaginar en Tusitala es que, coincidiendo con la publicación de La Biblia Steampunk, fuéramos a tener como «artista residente» a Luis Costillo, probablemente el mejor y mayor creador de arte steampunk de Badajoz, aunque ni él mismo supiera que se le puede encuadrar dentro de este movimiento. Luis nos presentó el 30 de octubre El endiablado juego de la oca ’84, un libro-objeto y juego a la vez, su particular y desasosegante versión del tradicional juego de mesa.
Como puede verse en el vídeo de la presentación grabado por Carlos Reymán, la librería se llenó de seguidores de la obra de Luis Costillo, todo un éxito. El endiablado juego de la oca ’84 consta de tablero, libro de ilustraciones, caja-carpeta y sobre sorpresa, en una tirada numerada y limitada a 300 ejemplares. Luis, bajo el seudónimo de Fahrenheit, combina una propuesta gráfica muy atrevida y personal con la revisión en clave bélica y contestataria del juego de la oca; todo ello en un artilugio libresco que sigue la línea creativa del DIY o «hazlo tú mismo», tan propia de la parte punk del steampunk. Y es que El endiablado juego de la oca ’84 bien merecería aparecer en las páginas de la mencionada biblia.
Para concluir el repaso a la parte steampunk de Tusitala, nos ha sorprendido gratamente la novela Tormenta: las guerras del loto (Hidra, 2013), de Jay Kristoff, que está siendo celebrada como avanzadilla de la renovación que necesitaba la narrativa steampunk: «una novela sobre un Japón feudal lleno de criaturas mitológicas, disturbios sociales y con una protagonista potente; que conduce el género justo hacia donde debe ir, lejos de las sobreexplotadas calles del Londres victoriano, para abrirlo al mundo».
Tres propuestas diferentes, a cual más steampunk, ahora que ya sabemos qué es eso.