Mujer sin hijo

Una reseña de Anabel Rodríguez para Librería Tusitala

‘Mujer sin hijo’ es la última novela (hasta que en marzo Lumen publique ‘Es un decir’) de Jenn Díaz, editada por Jot Down Books. Nacida en Barcelona en 1988, cursó estudios de filología y se ha ido abriendo camino dentro del mundillo literario a fuerza de tesón y saber hacer, con sus obras anteriores ‘Belfondo’ y ‘El duelo y la fiesta’, también muy recomendables

‘Mujer sin hijo’ relata la historia de tres mujeres. La obra se ambienta en una sociedad ficticia, donde a causa de una guerra (cuyo origen desconocemos) las mujeres están obligadas a tener hijos. El Estado persigue, castiga y repudia a las que no quieren o no pueden ser madres: las «nulíparas». El libro está dividido en tres partes que se irán enlazando y encajando perfectamente. Son tres supuestos distintos de ausencia de maternidad: Rita Albero se niega a tener hijos (tal vez por miedo, tal vez por convicción) y es repudiada por su marido Samuel; Julia Albero arriesga su vida y fallece al poco de tener a su único hijo; y Mónica, cuyo hijo murió, sigue manteniendo la apariencia de que el pequeño vive y no quiere tener más hijos que pudieran suponer una sustitución de aquel.

La maternidad, la cuestión sobre cuándo, cómo y si se desea ser madre, es el centro de la novela. El mensaje sobre la maternidad obligada es contundente: «una madre que no desea la maternidad no será nunca una madre, sino una mujer a cargo de un niño». Y es que no se puede consentir que una mujer se niegue a tener hijos, en este país distópico. Alrededor de ellas tres orbitan padres, madres, exmaridos, esposos cobardes y agotados, suegras y cuñadas enteradillas, vecinos delatores y mujeres que encaran su destino como pueden. La trama está bien trazada, sin embargo hay en la última parte ciertas conductas que deslegitiman a una de las protagonistas, haciéndola parecer desequilibrada, privando la consciencia y coherencia que su decisión previa tiene.

En momentos como los que vivimos en España, en los que ciertos gobernantes creen que pueden decidir qué es lo mejor para nosotros (con o sin nuestro consentimiento) y además tienen el descaro de llamarse progresistas, es imperativo reflexionar sobre la maternidad. Es imprescindible leer libros como ‘Mujer sin hijo’, una novela oportuna y necesaria.